Sabemos que todos a veces sufrimos dolor, que la vida nos regala algunas experiencias que no siempre son fáciles de asimilar, y el dolor es una de ellas. La verdad es que pensarás que eso no se puede evitar y es verdad. No se puede evitar. No hay ni una sola persona en todo el mundo que no sepa lo que es el dolor físico o incluso emocional. En un grado determinado todos conocemos esa experiencia.
Todos hemos sentido alguna vez dolor físico emocional, pero éste no es un castigo. Si lo ves así es que el cansancio de sentirlo distorsiona tu manera de verlo.
Ahora bien, si lo que sucede es que el dolor físico no baja de intensidad con el paso de los días, eso mina mucho nuestra calidad de vida y nos entristece mucho, hasta el grado de que a veces podemos pensar que hay algo malo en nosotros, como si quizás hubiésemos fallado en algo y esto fuese una especie de castigo, pero eso no es real. Esos pensamientos son a menudo una respuesta al cansancio extremo que produce el dolor, que como todos sabemos puede distorsionar la manera de ver la vida.
La medicación a menudo no sirve para paliar el dolor, sino que en ocasionas lo empeora creando adicción a las substancias con sus consabidos efectos secundarios.
¿Quieres superar los momentos de dolor?. No es fácil, porque en realidad, algunos de ellos son persistentes, y no se van única y exclusivamente con medicación. Ésta por encima a veces crea una dependencia grande en el organismo que genera un grado de tolerancia en el cuerpo, de modo que llega un momento que ni grandes dosis palian el dolor, y por encima te has hecho adicto y tolerante a ciertas substancias, que además te acarrean una serie de efectos secundarios importantes.
El dolor no es posible quitarlo de un planazo si es persistente o está cronificado. Es necesario alejarse de él de otra manera, como si vieses una película en la que te desligas del protagonista y de todo lo que experimenta.
Si quieres quitarte los dolores de un planazo, ya te aviso que no hay ninguna solución. Los dolores, tanto físicos como emocionales no se eliminan tan rápidamente si estos tienen un cariz de perseverancia o están cronificados en el organismo. Lo que hay que hacer con el dolor en estos casos es alejarse un poco de él. Mirarlo con perspectiva, como si no estuviese pasando eso. Es como si vieses una película, y tú decides cuanto te involucras en los personajes, si llegas al punto a sentirte igual que el protagonista, o si por el contrario pasas de largo y te da un poco igual, porque no te sientes muy identificado, y es como que sí, lo ves, pero no termina de calar mucho en ti, e incluso puede que ni comprendas ni empatices con el personaje, con lo que la película pierde interés en ti e incluso también su carga emotiva.
No huyas nunca del dolor, o será peor. Lo que has de hacer es sumergirte en alguna actividad física o mental que te distraiga tanto como para olvidarte un buen rato del dolor.
Ahora bien, ¿cómo distanciarme de mi propio dolor si lo vivo en primera persona?. Distraerte es una buena medida. Haz las cosas alternativas con las que podrías despejar la mente y cambiar el foco de atención. No se trata de huir, que eso es peor al final. Se trata simplemente de distraerte. Verás que al cambiar el foco de repente ya no recuerdas el dolor, y es como si ya no lo sintieras. Si alguien te interrumpe y te pregunta qué tal sigues, de repente verás que el dolor no ha desaparecido en lo absoluto, pero te sorprenderás a la vez de darte cuenta que lo habías olvidado. Para llegar a ese punto, el entretenimiento ha de ser una actividad física o mental que te lleve emergerte en ella. Una inmersión que te haga sentir que realmente no hay nada tan importante, ni el dolor, que pueda distraerte de esa actividad.
Agradecer el dolor ya sea físico o emocional, es algo que puede ayudar. Algunos ya saben que el dolor limpia karma para poder vivir vidas mejores en el futuro.
Otra cosa que puedes hacer con el dolor es dar gracias por él. Me dirás que nadie es capaz de ello, pero sí, hay muchos ejemplos. Hay mucha gente que en realidad está muy entrenada en el agradecimiento y le da gracias a Dios, al Universo, a la Fuente, a lo que entiendas como algo extraordinario o divino que te sobrepasa, a ti y al mundo terrenal, que hace que el dolor disminuya si ese sentir de agradecimiento es sincero y real. ¿Y cómo agradecer el dolor?. Es muy fácil. Todos hemos escuchado hablar de recompensas divinas o de cosas por el estilo. Hay que pensar que el dolor nos puede ser recompensado. Por ejemplo, para aquellos que creen en la reencarnación, sabrán ya que todos venimos con un karma que conviene limpiar, y que es en la tierra en donde éste se limpia, pues bien, el dolor hace que esa limpieza elimine karma fácilmente para tener menos en la próxima vida.
El karma para ser limpiado requiere que se haga con desinterés y de corazón. Las buenas obras limpian karma solo si son hechas con amor real.
El karma es algo muy particular que la gente no entiende, es simple y sencillamente la deuda por nuestras acciones, pero no solo las personales, pueden ser también familiares, de una nación, de la tierra, y hasta de nuestra galaxia. Tenemos karmas compartidos unos con otros. El karma que padecemos no solo es el resultado de nuestras acciones personales, sino que puede ser el resultado de acciones colectivas, por eso hacer el bien sin mirar a quien es la mejor manera que quitar karma si esa ayuda es real y no tiene connotaciones egoístas. Pensar, voy a hacer esto para quitar karma, ya en sí mismo genera más karma en vez de quitarlo. La acción debe ser desinteresada, porque te sale del corazón, pero sí, el dolor es una manera de quitar karma muy fácilmente.
En otras religiones el dolor limpia el pecado y te eleva más alto en el cielo. Como quiera que sea nunca reniegues de él, o éste seguramente aumentará.
En otras religiones el dolor se puede ver como una manera de limpiarnos de nuestros pecados e ir más alto en el cielo. Esta es otra forma de entenderlo, pero al final es lo mismo. La idea de base es que el dolor tiene un sentido más allá de lo que imaginamos, que no siempre tiene que ver con un castigo, ni mucho menos, sino al revés, con algo de lo que podemos salir beneficiados. Pero claro si lo que haces es estar renegado por el dolor y enfadado todo el tiempo, ese dolor en vez de apaciguarse lo que hace es que aumente y entonces de nada sirve, ni para quitar karma, ni para subir más alto en el cielo, ni para nada. Sino al revés, para perder puntos frente a quién nos ha creado de verdad y nos ha hecho tener esta experiencia terrenal.
Si sientes dolor, no culpabilices a nadie, pide ayuda sin abusar o engancharte a nadie. Pero tampoco te martirices culpándote a ti por nada. Sé comprensivo contigo y con los demás.
Si quieres que las cosas mejoren en tu vida, sé humilde. No intentes culpar a nadie por tu dolor. Ni comprometer la vida de los otros por tu dolor. Coge tu camilla y levántate, como dice Jesucristo en el Evangelio. Y es así. Levántate con ese dolor y has en la medida de lo posible una vida lo más plena que el dolor te permita. Ama a los demás, pide ayuda sin engancharte ni abusar de nadie, e intenta sobrellevar las cosas lo mejor que puedes. Ahora bien, jamás te castigues por tener dolor. Dios ni nadie castiga con dolor. Te envían eso con un propósito bueno para tu alma, no para hacerte daño así porque sí gratuitamente. Nunca dudes del amor de Dios que sabe qué es lo mejor para ti.
Si te tratas mal por sentir dolor, debes hacer lo contrario. Amarte, darte cuartelillo aunque estés enfadado, y abrazar tu gran humanidad.
Ahora bien, si te estas castigando y sufriendo mucha penalidad por tu dolor, lo único que te puedo decir, es que no es justo que te trates de esa manera. Deberías amarte un poco más a ti mismo. Se dice en los mandamientos, ama al prójimo como a ti mismo, pero el a mí mismo parece que se nos olvida a veces, y eso no es justo para nadie. Al revés, todos alrededor sufriremos más por eso. Lo que has de hacer es amar a todos y a ti también. Eso es lo que sana el corazón. Debes tener paciencia contigo mismo. Incluso si estas enfadado, date tu cuartelillo. Hay un ritmo para transformar cosas y muchas herramientas para conseguirlo. No olvides que Dios, el Universo, la Fuente o quien consideres que te sobre pasa, te ama de verdad. Y si no crees en nada ya te aviso que te costará un poco más, pero no todo está perdido.
Si no crees en recompensas divinas, no te desalientes, para ti también hay opciones. Emprende una causa para ayudar a personas como tú a que todos suframos menos por ello, en esto encontrarás una misión que no has de buscar ella te encontrará.
¿Eres alguien que sufre mucho dolor y no crees en nadie ni en nada y has perdido la esperanza en todo?. Hay algo que te puedo decir. No caigas en desaliento. La vida te ofrecerá lo mismo pero con otra lectura. Por ejemplo, quizás sientas sin querer el deseo de ayudar a otros que como tú sufren el mismo dolor, pero lo haces sin ninguna intención en particular, sino porque te brota del corazón. Verás que en breve esa misión te abraza con amor y tu dolor se ve reducido. No te preocupes, no debes buscarlo. Deja que la misión te encuentre. Ésta te encuentra si o si tarde o temprano.
Cuando tengas la misión de ayudar a otros en su dolor, lo principal que debes hacer es amar a esas personas, porque el amor lo sana todo. Ponlo en práctica y verás que hay un gran alivio en ello a pesar del malestar.
Si lo que quieres es ayudar a otros para que su dolor disminuya y así verte recompensado con un amor que te lleve a sanar tu propio dolor, lo que debes saber es que es necesario amar al cien por cien a las personas que ayudas. Así es cómo encontrarás el sentido de la misión. En realidad, no vas a quitarles el dolor al 100% y para siempre, sino que vas a mejorar su calidad de vida con el amor que les entregas. Siempre se ha escuchado que el amor todo lo sana, y eso es verdad. El amor sana muchas cosas, incluido el dolor. Es más, algunos procesos de sanación van acompañados por el dolor. Es curioso que a veces aceptamos de muy buena gana el dolor sin dañarnos en nada y luego nos sorprendemos como dolores menos importantes los rechazamos de cuajo con total irresponsabilidad sin saber el daño que nos hacemos a nosotros mismos.
Recuerda que en la vida hay dolores que aceptamos alegremente como el de las cirugías estéticas. Has de saber que el sufrimiento es la parte subjetiva del dolor, que hace que el último se vea magnificado.
¿Alguna vez te has hecho la depilación láser?, ¿te has sometido a una cirugía estética para quizás tener más pecho?. Todas estas cosas, y muchas más que pensaras en este momento, generan un dolor físico y a veces intenso, que aceptamos recibir de muy buena gana, porque sabemos que luego estaremos más guapos, así que no nos importa en lo absoluto. Sin embargo, nadie sabe que ese dolor físico o emocional que tienes ahora, en realidad no es muy diferente al otro, pero tú sufres por él. El dolor puede ser algo objetivo, el sufrimiento es la parte subjetiva que tú le pones a ese dolor. Lo que has de hacer es quitar lo subjetivo, y pensar que ese dolor está si, si, con toda seguridad para algo. Quizás vas a aprender una lección importante en la vida.
Los dolores emocionales son muy interesantes para transformar errores. Si te sientes culpable por algo siempre será señal de que hay un gran corazón en ti, aunque por supuesto hay que sanar dicha culpabilidad.
La mayoría de los dolores emocionales son para aprender lecciones en la vida. Si alguna vez te has sentido culpable por haber hecho algo malo, está claro que ese dolor emocional es muy ajustado y positivo. Es una respuesta natural por ser buena persona. Si sientes culpabilidad por haber hecho algún daño real a otro, está claro que en ti hay mucho corazón y que en realidad puedes superar esa crisis muy fácilmente y salir reforzado de ella. Incluso la culpabilidad insana, nacida de una idea y no de la realidad de haber hecho algo mal, también es síntoma de un gran corazón, porque en realidad pones el foco en el otro, en su dolor, y quieres de alguna manera ayudar aunque no hayas sido tú quién realmente daño incluso aunque a veces lo creas.
El dolor emocional es el antídoto que nos indica siempre en donde estamos en nuestro camino de autodesarrollo. Es interesante saber su significado, a veces es una buena señal y otras lo contrario. Analiza si ese dolor viene de la fuerza del bien o del mal. A continuación te explico mejor.
En fin, el dolor emocional es realmente muy interesante. Es tan o más abundante que el dolor físico, y realmente es una especie de termómetro que nos habla constantemente y nos guía y nos conduce. Si hay dolor, hay algo sobre lo que debes reflexionar. Una vez una amiga religiosa me dijo que cuando alguien bueno siente dolor es que quizás se está equivocando en algo, porque si ya está en el sendero de vivir su vida con amor, lo normal es que sea feliz, sino lo es, es que hay un daño externo hacia esa persona, o que se está equivocando de camino y debe de girar en el sentido opuesto. Quizás has tomado una mala decisión que debes cambiar. Ahora bien, si eres una persona que aún no ha encontrado la plenitud de la vida a través del amor, es muy posible que ese dolor emocional sea un síntoma de que estás bien o de que hay algo que está mejorando. Si por ejemplo eres una persona holgazana que no quiere trabajar y por lo tanto está en la senda del mal, y de repente un día te sientes avergonzado porque trabajar poco, entonces ese malestar emocional será un claro ejemplo de que has vuelto al camino del bien. Es así de sencillo. Pero si eres trabajador y estas en la vía correcta pero un día te sientes mal por descansar, entonces es que te estás equivocando, y ese malestar emocional indica que vas al sendero del mal. Espero que con este sencillo ejemplo haya quedado claro.
Las almas perdidas son las que ya no sienten dolor por nada, ni por matar, pero serán conducidas al gran sufrimiento de las tinieblas, de donde solo podrán salir con dolores francamente intensos, porque el Universo hace cuentas exactas y todo mal causado es devuelto a su origen.
Las personas más perdidas en el mundo son las que casi nunca sienten dolor emocional. Son capaces de hasta matar a alguien sin ningún remordimiento, y si lo sienten lo tapan. Esas personas sin dolor son un claro ejemplo de almas perdidas que tarde o temprano sufrirán un sufrimiento espantoso, más que nadie, porque a toda acción viene una reacción de la misma calidad. Si alguien hace sufrir mucho a mucha gente y no siente remordimiento sino indiferencia y deseos de ir acaparando poder y o dinero o cualquier otro beneficio irreal o real con ello, lo que está claro es que esa persona en el fin de los tiempos será enviado al abismo y a las tinieblas, y de allí será difícil salir, sino es con mucho muchísimo dolor en próximas vidas, porque las cuentas que hace el Universo son muy exactas siempre, y siempre llegará a unos y a otros lo que necesitamos para ser reconducidos al camino de la felicidad que es vivir la vida con amor.
El dolor tiene explicaciones difíciles de alcanzar. No interpretes jamás el dolor de nadie o erraras con facilidad y solo harás más daño a la persona y a ti mismo, porque todo mal causado sobre todo si es consciente, es devuelto.
El dolor en definitiva nos sirve a todos, y su significado varía de persona a persona. Cuando veas a alguien padeciendo un dolor ya sea físico o emocional, ni lo magnifiques, ni lo minimices. Acompaña a esa persona, procura comprenderla sin más. No hagas juicios al respecto. Nunca le des una explicación arbitraria del motivo de su dolor. En realidad, todas las interpretaciones de por qué alguien padece un dolor o incluso sufre, no son más que imaginaciones, porque nadie sabe con certeza al 100% a qué se debe ese problema. La gente jamás sabe la realidad que subyace, la última y absoluta a los ojos de Dios o el Universo o de la Fuente, de por qué alguien padece algo. Nadie lo sabe en realidad, por lo tanto ahórrate todas esas explicaciones, no le envíes soluciones y explicaciones a veces baratas de lo que pueda suceder por buenos que sean o parezcan ser, sobre todo si no conoces el caso con profundidad.
Para entender el dolor, debes aproximarte con profundidad, así quizás llegues a tu verdad, pero ten en cuenta que, si no eres feliz, siempre habrá algo que debas cambiar.
Solo la persona en primera persona que vive ese dolor puede investigar profundamente sobre el mismo, y en la mayoría de los casos, ni ellas mismas sabrán por qué ha sucedido ello. Sobre todos con los dolores físicos, porque los emocionales si son más fáciles de rastrear y hacerlo es realmente muy interesante. Una vez un psicólogo me dijo que cada vez que venía un paciente a consulta le preguntaba en la primera entrevista: “¿eres feliz?”. Si no lo era, es que realmente por un motivo u otro necesitaba psicoterapia. Si es feliz pese a momentos difíciles, quizás solo necesite apoyo y escucha y nada más y para ello es mejor un amigo o un pariente que nos ame con mayúsculas que un terapeuta profesional.
El dolor no debe ser rechazado, sino que debemos comprendernos, ser pacientes y amarnos mucho en esas circunstancias.
En fin, como ves, el dolor al final puede ser una suerte. Pensarás ahora que en realidad te humaniza, y te dice cosas muy interesantes sobre ti mismo. Nunca rechaces el dolor así sin más. Ni sufras más allá de lo necesario, sobre todo si el dolor es físico. Ayer una amiga tenía un dolor físico y se llamaba a ella misma miedica y se trataba mal de muchas maneras. Ese no es el camino. El camino es amarse a uno mismo con los brazos abiertos. Imagina qué harías si ese dolor lo padece la persona que más amas. ¿La llamarías miedica o simplemente la amarías con corazón abierto deseando con todo tu ser que sane?. Eso es lo que tenemos que observar en nosotros mismos para darnos cuenta de si amamos de verdad.
El dolor no solo es transformador y ayuda mucho en nuestro camino de autodesarrollo, sino que en la experiencia divina del amor siempre hay dolor, igual que un padre sufre si su hijo se extravía.
Pero volviendo al dolor, ¿crees que sentir dolor es lo mejor que te puede pasar?. Pues sí. En la mayoría de los casos que lo vivencias es lo mejor que te puede pasar, y es el único camino para transformar muchas cosas. El dolor es muy transformador, y creo que ya lo he explicado de muchas maneras, así que no me voy a repetir. Pero hay algo que he dicho y es que en realidad el dolor puede ser una experiencia divina. Porque en el amor hay siempre dolor. La gente no se lo cree, porque se piensa que Dios no siente nunca dolor y no es verdad. Dios siente dolor cuando nos extraviamos. Hay un dolor en el amor. Un padre que ama a su hijo y éste se extravía con drogas u otras cosas, sufrirá horrores, y la culpa de quién es. ¿De Dios?. No, Dios nunca envía el dolor. Solo lo permite. Y éste se utiliza para reconducir las cosas hacia el bien. Todo el que se pierde en el camino sufre y todo el que encuentra su camino otra vez sana. Es así como ocurre.
Nacer y morir siempre producen dolor. No se puede escapar a él, solo se puede acortar, pero no puede desaparecer. Si amas has de poner atención seria a ese dolor y procurar reducirlo, pero sin engañarte, el dolor desaparece cuando está preparado no antes.
Ahora bien, ese dolor que hay en el amor es tan real, como que un día al morir y un día cuando nacimos, padecimos dolor físico. Los momentos de mayor dolor físico son el nacimiento y la muerte. Nunca nadie piensa en ello. Todo mundo desea una muerte sin dolor. Eso no existe. Es una ilusión. Siempre hay dolor al morir, más breve o largo, pero siempre lo hay. Nadie nos escapamos de estos dos momentos de gran dolor, sin embargo, todos nos entretenemos más con otros dolores que a veces no queremos atender en serio y que son síntomas de que realmente algo está sucediendo que requiere una atención honesta y amorosa por nuestra parte. Eso es todo lo que sí se debe hacer. Poner los medios para que el dolor desaparezca de verdad, si es que eso está a nuestro alcance. Nunca debemos conformarnos con él, ni siquiera acostumbrarnos, siempre debemos probar aquello más indicado para cada tipo de dolor, y cuidarnos y protegernos para estar bien.
El dolor lo que hace es humanizar nuestra experiencia terrenal en la tierra, y llevarnos a comprender qué cambios debemos realizar para ser felices de verdad.
Ya sé que ahora sabes que el dolor es en realidad algo muy natural en todos, pero que no lo habías visto de esa manera nunca. Pues ya lo sabes, es algo no solo natural, sino además muy necesario. Las cosas más importantes han sido creadas con dolor físico, y las transformaciones más bellas en los individuos han sido realizadas casi siempre con dolor emocional. Y el sufrimiento es el aspecto subjetivo que ponemos al dolor, para hacerlo crecer de un modo u otro. Éste casi nunca es necesario, pero lo que está claro es que el sufrimiento también debe ser sanado con mucho mimo y paciencia, con mucha comprensión, con tolerancia, respetando nuestro ritmo, para aceptar algunas cosas y cambiar otras. Gracias por comprender el dolor. Solo puedo decirte que el dolor al final es una gran bendición que nos reconduce a estadios mejores. Gracias por entenderlo y por cuidarte. Te ama, quien escribe sabiendo que tú como yo hemos sufrido dolor de tanto físico como emocional.
Para que el dolor se transforme y sea una bendición en nuestras vidas solo debemos amar un poco mejor eso es todo. Te lo dice quien ha descubierto esto en su vida con dolores físicos y emocionales. Gracias por cuidarte y por ser amor para el mundo. Con amor siempre para todos.
NOTA: Si te ha gustado el artículo te invito a que dejes un comentario y o que te suscribas. Para hacer esto último basta con un nombre o nick name y tu dirección de email. No es necesario poner más datos si no quieres. Esto ayudará a avisarte de nuevos artículos. Puedes hacerlo o bien en la sección de abajo, que aparece debajo de comentarios si lees desde un móvil, o en la columna de la derecha, arriba al lado de la primera foto, si lees desde un portátil o una tablet. Gracias por ayudarnos a aumentar la consciencia de las personas difundiendo estos artículos entre las personas que puedan valorarlo.GRACIAS GRACIAS GRACIAS.