¿Cómo puedo tener éxito meditando?

Alguna vez se ha dicho que meditar es importante, que mejora la salud, que elimina el estrés y la ansiedad. También se dice que meditar nos ayuda para alcanzar la iluminación. Eso que nadie sabe qué es pero que muchos desean alcanzar porque se creen que es el final del dolor y la solución a todo en su vida. Basado en todo esto, la moda de meditar, igual que la de otras muchas cosas positivas se ha instaurado en nuestra sociedad. Ahora bien, son muy pocos los que practican con honestidad. Se creen que aparentar que lo hacen es suficiente, pero la realidad es que eso sirve solo para hacernos daño.

Si quieres meditar, has de preguntarte si has sido llamado para ello en esta vida. En cualquier caso, siempre estarás llamado para amar y reconocer el amor dentro de ti.

Algunos creen que la meditación es un camino que todos deberíamos abrazar, y es posible que sea cierto en algún grado, pero no todos estamos llamados a meditar largamente por horas, y mucho menos a la iluminación. Eso no significa que su vida no tenga sentido. Si en esta vida no has sido llamado, lo serás quizás en la siguiente. Lo que debes tener claro es que sí existe algo a lo que todos hemos sido llamados y es a reconocer nuestra luz interior; es decir, a darnos cuenta de que hay una inteligencia suprema a nosotros que se ubica en nuestro pecho que dirige nuestra vida hacia el camino del amor. Todo lo que se salga de allí es una equivocación por la que tarde o temprano sufriremos algún tipo de padecimiento, ya sea físico, emocional, o de otro tipo.

La meditación no es el camino que quite el dolor al cien por cien, ni por el que dejaremos de sentir cosas que nos gustan menos, sino el camino para sumarse al bien y estar más cerca de nuestro creador.

Si quieres meditar porque crees que es tu camino, lo primero que debes de hacer es preguntarte si quieres realmente hacer el bien en la tierra, a ti mismo y a los que te rodean. Si no estás seguro de ello, entonces es mejor que no medites hasta que esto esté claro. Mucha gente que medita se piensa que alcanzarán con ello la iluminación y que cuando lo hagan serán felices por siempre, y nunca volverán a sentir nada molesto, ni dolor, ni enfado, ni miedo, ni tristeza. Se equivocan, la iluminación no es para eso, sino para estar más cerca de Dios, del Universo, o como sea que llames a esa fuerza que nos transciende y nos ha creado. Ahora bien, si piensas que meditar te eliminará el dolor, estás equivocado. De lo que se trata es que con ello puedas hacer el bien a otro para iluminarse también, para que todos estemos más cerca de nuestro creador, y de ese modo aprender a tomar mejores decisiones y no turbarnos fácilmente por las dificultades de la vida, que son todas al fin y al cabo, aunque no nos lo parezcan, ilusorias, y por supuesto impermanentes, igual que impermanente es todo cuanto existe en el mundo, porque todo ha sido llamado a nacer, a durar un tiempo y a morir. Solo Dios permanece siempre, lo demás todo es perecedero.

La iluminación nos ayuda a enfrentar mejor la vida, con una mayor ecuanimidad, pero no nos libra de pruebas ni de circunstancias difíciles que hemos de atravesar.

Si quieres algún día iluminarte con la práctica debes tener en cuenta que primero debes conocerte mejor a ti mismo. Ser más consciente de todos tus sentimientos, de tus mecanismos, de cómo reaccionas a veces de manera automática cuando se dan ciertas situaciones o escuchas simplemente algunas palabras, de las trampas que te haces para evitar ciertos cambios en tu vida. Debes conocerte tan profundamente como para saber si realmente tu corazón ansia amar, o si solo buscas liberarte del dolor para sentirte mejor en la tierra. He de decirte que la iluminación no te libra del dolor, sino que solo te ayuda a estar mejor contigo mismo, y a relativizar algunas cosas que antes te ocasionaban una extrema preocupación o te infundían un miedo mental irracional.

Gracias a la iluminación nos dotamos de más recursos para enfrentar el dolor el mundo y nos adiestra para amar mejor al prójimo sin pensar que por ello somos mejores.

Si quieres iluminarte has de saber que con ello no vas a solucionar todos tus problemas para siempre ni mucho menos, sino que éstos seguirán viniendo, y que las pruebas puede que sean ahora mucho más difíciles que antes, pero también tendrás más recursos para enfrentarlas, y no desearás nunca morir por difícil que sea la adversidad, sino que querrás sobreponerte a todo ello, y seguir amando con el corazón abierto de par en par. Mucha gente se piensa que amar es disfrutar. Amar lleva implícito un grado de dolor. Si el amado sufre, tú sentirás ese dolor, de no saber cómo evitarle sufrimiento. Si alguien muere de sobredosis, si alguien es abusado, si el mundo se desgaja por el dolor, sentirás dolor de ver todo esto. La iluminación no significa la insensibilización de nada, sino al revés, sentir todo más, pero a la vez mantenerte ecuánime ante ello en la mayoría de los momentos.

La iluminación nos ayuda a vivir la vida con coherencia, pero no nos libra de dificultades, y no se es invitado por ello a sentirse superior, sino que quizás puedas sentirte uno más en medio de mucha gente común.

Si deseas la iluminación debes primar ante todo que puedas hacer las cosas pensando en hacer el bien a los demás siempre, incluso cuando tus intereses egoístas puedan resultar dañados. Conozco casos de personas practicantes que padecen el orgullo del practicante. Se creen mejores que otros por llevar más años en el camino, pero la realidad es que nadie sabe quién lleva más tiempo en el camino, porque nadie sabemos cuantas vidas hemos vivido y cómo nos ha ido en ellas, si realmente hemos hecho votos de amor, o al revés. Todas estas cosas son las que deben de pensarse antes de sentirte superior. Una persona con alto nivel, jamás se siente superior a nadie. Sino al revés, puede que tienda a sentirse inferior. Eso verás que puede ser más común de lo que crees. Que, estando iluminado, se sienta en realidad uno más, que también debe lidiar con la vida como cualquier otra persona común, y en ese transcurrir se encuentra con dificultades, como todos, y también con pruebas difíciles, y con muchas dificultades inimaginables para la gente común.

Si piensas que la iluminación es conservar todo lo que tienes, estás equivocado. A veces implica renuncias en aras de amar mejor. Y las dificultades son siempre mayores a las que enfrenta la gente común.

Ahora bien, a pesar de todo me dirás que realmente quieres iluminarte. Me parece perfecto, pero antes debes pensar si realmente estás dispuesto a hacer renuncias por amor. La mayor parte de la gente no desea hacer ninguna renuncia, se apega, se aferra, defiende las cosas que cree falsamente que son suyas y arrebata a los demás sus derechos. Eso no es amor, sino egoísmo. No se trata de renunciar a lo que tienes derecho, sino a aquello que sabes que está mal. Todos sabemos lo que es malo y bueno, lo que es correcto y no, y si tienes dudas sobre ello, debes consultarlo con una persona sabia de confianza, quizás un iluminado, porque la iluminación sí que da mayor sabiduría a la persona. Pero has también de tener cuidado de a quién compartes tus cosas más íntimas, porque no todas las personas que parecen iluminadas lo son, y no todas las personas comunes que crees que no la tienen son ajenos a ella. Hay gente común que nadie conoce que está iluminada y que es sabia. Creo que el pescador de cochayuyo tiene algún tipo de despertar, para hablar como habla. Te pego su video. No lo conozco, y no podría confirmar nada, pero sus palabras y el modo en cómo las dice son señales que me inspiran confianza.

En el camino es necesario siempre un maestro con quién puedas hablar de vez en cuando para dilucidar cuestiones sobre las que no hay claridad al cien por cien. A falta de éste, en algunos asuntos, un psicoterapeuta humanista o transpersonal también pueden ayudarte.

Cuando te acerques a alguien debes observar cómo vive, cómo se gana la vida, cómo come, cómo se comporta, qué estilo de vida lleva. No es fácil dilucidar a primeras de cuenta si la persona es realmente un ser iluminado o no. Además, hay muchos grados de iluminación. No siempre una persona iluminada es la más indicada para ayudarte si está pasando por un período difícil. Lo mejor en esos casos es acudir a un psicoterapeuta profesional con experiencia y dentro del modelo humanista o transpersonal, ya que el conductismo que solo se apoya en cambiar el comportamiento, se queda muy deficiente en muchos temas, y el psicoanálisis es demasiado complejo como para aventurarse en él, sobre todo si es freudiano. En fin, que necesitarás a veces a alguien que realmente te ayude a dilucidar si tienes dudas de si estás en lo correcto o no, y en función de eso saber si para seguir en lo correcto has de hacer alguna renuncia dolorosa para ti, con el objeto de situarte en el bien, en lo ético, en lo que sería amar mejor.

Si no estás dispuesto a hacer renuncias para estar en el bien, significa que el camino de la meditación no es para ti, sino que debes solucionar tus temas con vías más sencillas como deporte, psicoterapia, voluntariado, y muchas cosas más.

De modo que, si no estás dispuesto a hacer renuncias, no entres en el camino de la meditación o solo te harás daño. Es mejor que empieces tu camino haciendo otro tipo de cosas, como aprender a comer mejor, sensibilizarte de las cosas que suceden el mundo para poner tu granito de arena para mejorarlas, acudir a psicoterapia, hacer terapia en grupo. En fin, cualquier camino que no suponga una inmersión en ti mismo. En esos casos es mejor usar el deporte para quitarte estrés o simplemente trabajar un poco menos aunque ganes menos. En fin, miles de soluciones más simples y sencillas que no sean emprender un camino de iluminación.

Usar la meditación para perseguir poderes es lo peor que te puede pasar, puedes extraviar tu alma en ese intento. Si esa es tu motivación no deberías practicar meditación o será muy peligroso para ti.

Si lo que quieres es tener poderes al iluminarte, que sepas que terminarás en el mal. Puede que los consigas, pero también perderás tu alma y entrarás en un agujero negro del que será difícil salir. Los poderes que da la iluminación en primer lugar no se alardean, se mantienen en la privacidad absoluta. Segundo, son para hacer el bien, y no para conseguir cosas para ti. Tercero no debes usarlos para que la gente deje de padecer, sino para enseñarles cómo pueden hacerlo por si mismos si están preparados a entrar en ese camino. Sé que estas cosas te provocan dudas, pero si es así, no estás preparado para empezar un camino de iluminación, podría ser muy peligroso para ti, sobre todo si tu foco está en los poderes, porque éstos llegan, pero no son el objetivo de la iluminación, si no, alcanzarías eso, pero sin iluminación, y entonces tendrías otro tipo de despertar que te llevaría al mal.

Si crees tener una experiencia de iluminación del grado que sea, debes hablarla con un maestro, que te sitúe en dónde estás en realidad, sino espera, que llegará. Mientras, has el bien o súmate a otros para hacerlo hasta saber si tendrás proyecto propio o en común.

Cuando tengas o creas tener una iluminación, lo primero que debes hacer es hablar con un maestro perteneciente a un linaje serio, que te ofrezca garantías, y le expliques con profundidad lo que sientes, y de este modo él o ella te dirá si realmente has alcanzado un grado de iluminación y en dónde exactamente estás. Si el maestro ve un gran corazón en ti, puede ser que te invite a formarte como maestro, ya que de eso no se forma en ningún sitio, sino que debe ser otro maestro el que lo haga. Si no recibes formación particular, es mejor que no seas maestro y te dediques a hacer el bien por tu cuenta hasta que ese maestro llegue. Nadie puede aprender por si mismo a ser maestro, y si lo intenta podría hacer mucho daño a sus discípulos. Debe simplemente mantenerse en la línea del bien. No todos los iluminados están llamados a ser maestros, sino a sumarse a hacer el bien en proyectos de otros o propios, sobre todo si elegiste venir con ese único propósito a la tierra, como es el caso de los niños índigos. Encontrarse con ellos son una maravilla. Su mirada es transparente, son personas llenas de amor sublime y profundamente comprometidos con el bien. Siempre es grato mirarlos, porque son solo bellos con hacerlo, sean de la raza que sean.

Un maestro distingue de qué modo amar mejor al otro. Lo que esta claro es que para ser amado has de amar. En la experiencia última de la iluminación se percibe que ese amor está ya unido todo con todo, para ello debes comprenderlo experiencialmente y no cognitivamente.

Para recibir amor, como sabes, primero has de aprender a darlo. Conozco a personas que lo reciben pero no son capaces de corresponderlo. A esas personas hay que enseñarles a entregar su amor, por lo que no conviene darles tanto. Ese tipo de cosas las sabe un maestro de sobra. La gente no sabe entregar amor. Distingue el amor cuando lo recibe, pero no sabe amar. Es por eso por lo que el objetivo de la iluminación es enseñar a otros a amar mejor a sí mismos y a todo cuanto rodea, ya que todo está lleno de Dios, no solo las personas, sino también los animales, las plantas, y hasta las cosas inertes. Todo está lleno de la chispa divina, sin eso no podrían existir en esta dimensión. Cuando descubres esto de una manera profunda y no solo intuida es cuando habrás alcanzado una iluminación mayor. Pero saberlo, no es comprenderlo cognitivamente, sino experiencialmente. Si esa experiencia no la tienes aún no estás preparado para ser maestro ni ayudar a nadie, aunque hayas tenido otro tipo de despertares o de iluminaciones.

Para saber en donde estás en realidad, si en el buenismo puro y duro, o si en el amor, debes pedir ayuda para consultarlo. Claro que ser bueno es maravilloso y se debe mantener, pero eso por si solo no es amor.

Si quieres ser maestro, primero mira cómo es tu vida, ésta debe ser recta en el hacer y en el ser. Hay muchos practicantes que perseveran en la vida del hacer y cumplen correctamente con todo desde un buenismo que está vacío de amor. Eso es malo a veces si te crees que tu buenismo es amor. Ya que ser bueno está bien, pero no es amor, es hacer el bien, sí, y eso es muy positivo y has de mantenerlo, pero no es amor. La vida entonces te colocara en situaciones en donde debes hacer renuncias en nombre del amor, y verás que si solo estás en el buenismo te costará mucho hacerlas, te creerás con el derecho de tener cosas que quizás en realidad no son para ti, y que solo una persona muy sabia te podrá aclarar si lo son o no, en caso de que en vez de conectar con tu luz interior para que te guie te contactes con el deseo de tu ego que es interesado y frío. Mira a ver qué te dice la gente de alrededor, qué consecuencias te trae tu comportamiento. Mira a ver qué sucede sin renunciar. No es fácil ver ciertas sutilezas cuando te crees que estas muy avanzado en el camino y en realidad no lo estas. En estos casos debes hablar con honestidad y transparencia de todos tus sentimientos y actos con una persona neutral y sabia, ya sea psicoterapeuta o maestro. Qué mejor que acudir a los dos.

Para practicar meditación si has decidido empezar, has de saber que la practica no solo es sentado en la silla o en el suelo, sino también en la vida, es en ésta última donde aparecen nuestras propias trampas para poderlas resolver.

En fin, lo que quiero decirte es que el camino de la iluminación no es para todos, pero si puede ser, que sea el momento de comenzarlo, aunque no sea en esta vida cuando te llegue. Debes esperar, pero no debes de desanimarte ni abandonar. Es mucha la práctica que se ha de hacer, y no solo en la silla sino sobre todo en la vida. No todos tenemos la misma vocación, pero lo que está claro es que hay que saber sentarse en la silla y en la vida. Si crees que practicando sin hacer cambios en tu vida lo conseguirás, estás equivocado. Primero has de conocerte muy bien a ti mismo, con todas las trampas que te haces a ti mismo, con todos tus mecanismos, y entonces sí, podrás ir abriéndote a otros estadios, por eso lo primero a emprender es un camino de autodesarrollo honesto dispuesto a ver tus propios errores, porque si tu orgullo te impide verlos y expresarlos a las personas adecuadas, entonces significará que estás muy lejos de alcanzar la iluminación en esta vida.

Si tu camino no es la iluminación no pasa nada, siempre podrás vivir una vida plena y feliz experimentando el Amor verdadero en tu vida hacia los seres más próximos.

Si quieres vivir intensamente sin tener iluminación, en realidad es muy fácil. Yo lo he hecho y tenido una vida muy plena al cien por cien. Solo basta con amar auténticamente a todas las personas que te rodean de todo tipo, las conozcas mucho o poco. Eso es todo lo que hace falta. Si luego llega un día la iluminación pues bienvenida sea, pero mientras tanto tu vida está llena de sentido y de gozo, porque amar sí es verdad que da dolor a veces, pero la mayoría de las ocasiones da mucho gozo. Solo has de dejarte abrazar por el amor interno y de allí podrás enviarlo fuera. Si no sabes hacerlo, solo piensa en que quieres entregarte. Poca gente se entrega en un abrazo. Muchas veces quieren amarte apretándote más fuerte, pero el amor no es cuestión de fuerza, aunque a veces si haya fuerza. Si quieres amar, aprende a abrazar. Y si no eres de tocar, aprende a dar sin tocar, también se puede hacer. Conozco a una maestra zen que lo hace muy bien sin tocar, y realmente te ama al cien por cien, se llama Ana Maria Schlüter, y está en el camino del zen. Ella ha nombrado a su vez ya a otros maestros que también te podrían ayudar. Pero has de elegir cuidadosamente al maestro, no es algo baladí, has de ver que su personalidad encaja con la tuya.

Si tu camino es el de la iluminación, has de empezar cuanto antes buscando un camino serio y un maestro con linaje que estén ambos en el bien. Yo práctico vipassana y tao, pero hay otros caminos como el zen.

Elegir el camino y el maestro no es fácil, y si tienes claro que quieres meditar, debes empezar por aquí. En este momento no recomiendo maestro, pero sí caminos. Por ejemplo, en el tao, en el vipassana, en el zen, puedes encontrar vías serias para aprender prácticas que están en el bien con el objeto de iluminarte. En cuanto a los nombres de los maestros que conozco, prefiero en este artículo reservármelos, y más adelante hablaré de ellos si quieres contactarlos para emprender el camino. He mencionado uno en el párrafo anterior porque creí que debería reconocer eso que ella me ha dado públicamente, pero no la recomiendo ni a ella ni a nadie de momento. Debes buscar en tu corazón. Más adelante confío poderte recomendar maestros en España con nombre, de momento, como te digo, no recomiendo a nadie en particular. Si bien te invito a buscar por internet e ir haciendo tus propias averiguaciones. Hay maestros muy buenos en España. Tenemos mucha suerte de tenerlos entre nosotros. Espero que más adelante pueda darte algunos nombres.

Cuando elijas un camino, practícalo con rigor por lo menos un año. Eso te ayudará a saber si el camino y el maestro van con tu personalidad y modo de entrar en estados de abismamiento. Es importante que tengas en cuenta que solo has de elegir un solo maestro para instruirte como maestro, aunque puedes durante tu vida estar cerca de varios.

No conviene adentrarse en un camino si no has saboreado un poco de él y del maestro. Debes practicarlo con fidelidad por lo menos un año. Hay quienes dicen que tres meses. Yo creo que un año es suficiente. Te adentras y ves cómo es el maestro, cómo vive, qué dice, y qué hace, y luego ya más adelante puedes ver si el tipo de práctica también te gusta y te puedes quedar en quietud con ella. A mi por ejemplo me gusta mucho el silencio, y las prácticas con mucha guía a veces me aturden. Me han gustado, pero cada vez me gusta más el silencio. Debes analizar en qué momento estás, y ver qué práctica te resulta más cómoda para entrar en quietud. En la actualidad yo práctico tanto tao, como vipassana, pero conviene que cojas solo un único camino. Nadie puede ser maestro de dos caminos distintos. Has de elegir uno. También puedes tener varios maestros, pero para serlo tú en mi opinión debes de elegir solo a uno, y no mezclar las enseñanzas de unos y de otros. Una vez en el camino con la práctica y la experiencia puedes enriquecer el camino, pero al principio lo que es necesario es ser fiel al maestro al cien por cien.

La personalidad del maestro debe estar en sintonía con la tuya, que fluya el amor sin aristas ni miedos, que puedas comunicarte abiertamente con él. Todo eso es importante a la hora de elegir un maestro. Yo aún busco el mío.

La personalidad del maestro también es importante. A unos les gustan los maestros más estrictos. A otros, como a mí, nos hacen daño ese tipo de personalidades, porque la mía es excesivamente flexible. Necesito un maestro que también sea flexible y que me ayude a que mi flexibilidad sea puesta al servicio de Dios y del bien en la tierra. Cada uno debe descubrirse un poco antes de profundizar mucho, y ver si el maestro es para ti. Yo he estado con varios maestros, pero eso no significa que quiera que lo sean, aunque los respete. Aun busco un maestro, porque aún no lo tengo, pero si he seguido a varios de un modo u otro, pero cuando me he sentido preparada para elegir a uno, ese no estaba disponible en ese momento y a quien le gusto aun no sé si abrazarlo. Es difícil elegir maestro, porque se debe dar una conjunción de ambas cosas, que gustes y te guste, que las personalidades sean similares y a la vez complementarias, que el amor fluya libremente entre los dos sin aristas ni miedos de ninguna clase, que estés dispuesto a seguirlo de manera exclusiva sabiendo que habrá quizás errores involuntarios emanados de su propia humanidad. Son muchos los factores para poder elegir un maestro. Yo todavía busco al mío y por eso no me atrevo a recomendar a nadie en particular. Claro que práctico el vipassana y el tao con maestros, pero no considero que ninguno de ellos hoy por hoy sea realmente mi maestro con el que quisiera formarme para ser maestra, si algún día alguno de ellos me viese en el nivel de ser instruida para ello.

El maestro conviene que proceda de un linaje ancestral que dé garantías, que sea alguien posicionado en el bien al cien por cien, y debes confiar en él, sin criticarlo, porque siendo humano como tú ha superado ya más pruebas que tú.

Ahora bien, si ya tienes la suerte de tener un maestro, mucho mejor, eso te facilitará mucho las cosas, porque basta con dejarte guiar por él para que todo termine en buen puerto. Has de preguntarle por el linaje. Quién le nombró maestro, cómo ha llegado a ese punto. Él o Ella es posible que cuente esas cosas sin que se las preguntes. No te preocupes. Así son las cosas, si estás en el camino correcto lo sabrás. No cambies de camino solo porque surja un pequeño conflicto con el maestro. Has de perseverar en él y tener paciencia hasta ver las cosas claras. Al maestro no se le crítica, si ha llegado a serlo y reconocido por otro maestro, es porque realmente ha superado muchas pruebas y sabe más que tú. Nunca lo cuestiones. Seguramente tu ego te invitará a hacerlo, no entres en esa tentación.

Si tu maestro fallase sin querer, no lo juzgues, no sabes cómo llego a ese error. Incluso aunque sea contigo mismo, perdónalo y ayúdalo con amor, si está en tu mano, para reconducirlo al bien. ¿Qué clase de discípulo reconduce al bien a un maestro sin caer en engreimiento?

Claro que el maestro tiene fallos, es una persona normal y corriente que ha avanzado más. Es un ser humano muy especial, pero humano. A veces puede equivocarse sin querer, incluso contigo. Has de tener paciencia y esperar a que el tiempo, y las circunstancias de la vida aclaren las cosas. Ha habido maestros que han abandonado sus votos y juramentos temporalmente y se les debe ayudar a volver a ellos siempre que se pueda y con mucho amor, comprensión y compasión en el sentido budista de la palabra. No es con críticas cómo podemos ayudarlos. Quien se sienta libre de pecado que tire la primera piedra, dicen las sagradas escrituras del cristianismo. Un maestro nos ama. El maestro siempre ama a sus alumnos o discípulos, aunque se equivoque, los ama de verdad. No dejes que el mal te haga criticarlo. Has de abrir tu corazón ante sus errores y seguirlo amando, perdonarlo y ayudarlo a volver al bien. ¿Qué clase de alumno o discípulo podría ayudar a su maestro a volver al bien si es que ha salido de él?. Pues el mejor discípulo que podría tener ese maestro, y por supuesto, si nace engreimiento por ello en el discípulo, será señal luego de que éste es el que ha caído, y será el maestro el que lo ayudará. El maestro y discípulo se ayudan para caminar el sendero del bien con amor.

Para que el camino dé frutos, es necesario vivir tu vida al servicio de otros. Si tu trabajo te lo permite mejor, si no, seguro que la vida te colocará situaciones para ayudar a personas próximas y hacer tu labor con ética. Eso te ayudará a acercarte más a la iluminación sino se hace con ese propósito y ningún otro interesado.

Para que tu camino pueda dar frutos y acercarte cada vez más a la iluminación, no basta con llevar una vida recta, debes de estar atento de ayudar al más próximo para que así puedas ganar puntos a los ojos de Dios, pero atención, debes hacerlo siempre desde una vocación limpia de deseo egoísta, con total gratuidad sin esperar nada a cambio, ni siquiera la iluminación, aunque seguramente te llegarán muchas cosas buenas en retorno. El ayudar a otros a ser felices es la mayor felicidad a la que se puede aspirar, y si eso te ayuda en tu camino, hazlo sin pensarlo mucho más. Este ingrediente unido al de una vida ejemplar en todos los sentidos que abarque el buen comer y el buen actuar, serán, junto a la práctica del bien y el amor, tanto en la silla como en la vida, las claves del éxito en tu camino.

No soy quién deba decirte cuál es la verdad que debas seguir, has de ser tú quien en el camino de tu vida descubras lo que has de hacer. Asegúrate de que puedas hablar ciertas cosas con las personas adecuadas situadas en el bien.

Ahora me dirás que quizás sé algo sobre esto, o que quizás no sé nada. Te diré que soy inspirada por mi luz interior para escribir esto, y será un maestro quién determinará si realmente digo lo correcto o no. Te invito a que busques tu maestro si quieres de verdad iniciar el camino, pero que no te creas nada de lo que te digo, al fin y al cabo, son mis experiencias, y no sé al cien por cien si es correcto publicar todo esto, que se me antoja un tanto confidencial. Lo hago para ayudarte, para decirte que para entrar en el camino debes de estar cien por cien en el bien y aprender amar con las renuncias que ello implica, y que, si no estás dispuesto a seguir una vida ética y recta, que es mejor que no lo inicies, y que si buscas poderes menos aún o te perderás tarde o temprano en el mal. Deseando que te ilumines para que entre todos construyamos un planeta mejor en el que todos podamos ser felices. Gracias por leer y por estar.

La iluminación se alcanza sin perseguirla. Solo elige un camino y un maestro. Entrégate a fondo al bien. Estate dispuesto a amar al cien por cien con las renuncias que implica. Ayuda al otro sin propósito alguno. Y ten la paciencia de saber esperar lo que haga falta.

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